«Hombre, no vamos a acabar como la guerra de los Rose»
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Buenos días, Amparo, muchísimas gracias.
A.Q: Muchísimas gracias a ti Mapi, porque para mí es un placer, gracias a ti por dirigirte a mí.
M.B: ¿Cómo te sientes más cómoda? ¿Negociando, siendo abogada colaborativa, mediando o quizá formando?
A.Q: Pues mira, hace mucho tiempo que yo dejé de hablar de sombreros, tu sabes que siempre nos dicen que llevamos varios sombreros y que tenemos que ponernos el de esto o de aquello. Y yo me di cuenta de que amaneces por la mañana y eres una persona, yo soy una entidad y no puedo disociarme. A lo mejor es un defecto mío, yo gracias a la abogacía llegué a la mediación, que es un campo en el que me siento muy cómoda y cada vez más. Y a pesar de los pesares, a pesar de tantas críticas, y de tantas cosas que se dicen, yo la verdad es que no me arrepiento en absoluto.
¿Qué soy? Una abogada, a veces muy atípica, fundamentalmente soy una mediadora, es como yo me defino y dentro de lo que hacemos los mediadores, también negociamos, conciliamos, también intentamos que la gente que la gente colabore, tendemos puentes… todas esas cuestiones, un poco de todo.
M.B: Mirando tu currículum, vi, incluso que también habías dado clases en la Facultad de Ciencias Empresariales… ¡vaya cambio!
A.Q: ¡Sí vaya cambio!, fui muy feliz en aquella época. A mí la docencia me gusta. Me recuerdo de pequeña jugando a las maestras…yo tuve dos juguetes en la infancia que eran los que más me gustaron, uno fue una pizarra y otro una máquina de escribir, entonces con eso está dicho todo. La verdad es que la etapa de profesora de Derecho fue una etapa muy feliz. Además, recuerdo que era en la Facultad de Económicas y Empresariales como se decía entonces, y hubo mucha gente que se pasó a Derecho. – M.B: Hacías bien el trabajo jajaja- Algo debo estar haciendo mal… ¿cómo les explico yo el Mercantil para que luego acaben en Derecho? Pensaba a lo mejor luego se aburren en la carrera.
M.B: ¿Cómo llegaste a ser secretaria de GEMME (Grupo Europeo de Magistrados por la Mediación) y qué es lo que destacarías de ese puesto?
A.Q: Yo estoy en GEMME desde su constitución, ya hace mucho tiempo y este año GEMME Europa ha cumplido 20 años, que se dice pronto y luego la sección española comenzó en el año 2007.
Siempre he intentado, esforzarme, trabajar y echar una mano en aquellas cosas que creo que puedo hacerlo. Durante bastantes años fui la coordinadora territorial de Madrid de GEMME España y hace dos años me dijeron si me gustaría trabajar más directamente en la Junta Directiva y.. yo me tiro a la piscina, me lío la toalla a la cabeza y ahí estamos.
¿Qué es lo que puedo decir de este puesto? Pues fundamentalmente que se trabaja mucho, tengo que decir, no yo como secretaria general, sino que las personas que forman GEMME trabajan muchísimo. En GEMME España la verdad que se hace una labor ya desde hace muchos años, bastante callada porque no trasciende todo lo que debería trascender, pero como dice otro de los mediadores que todos llevamos en nuestro corazón, José Antonio Veiga, es esa lluvia fina que va calando, y que luego germina en un sitio o en otro. GEMME además está dentro de los organismos observadores y asesores en materia de mediación, en muchos organismos supranacionales como es el Consejo de Europa, por ejemplo y aquí en España también se le tiene en cuenta en muchos ámbitos.
Yo es lo que destacaría, el trabajo que se hace y la ganas de colaborar con toda la gente que se implica en los métodos extrajudiciales de resolución de conflictos.
M.B: Aunque ya te tenía en mente, para hacerte una entrevista el hecho de que colaborases en el libro “Medios alternativos de resolución de conflictos” (AMAFI) me hizo acelerar esta entrevista. ¿Por qué Paloma te eligió para negociación? ¿O elegiste tú?
A.Q: Yo no elegí, si hubiera elegido tema, a lo mejor hubiera elegido otro. -M.B: Jajajaja- Es una broma, yo encantada de hablar de cualquier método adecuado de resolución de conflictos. Paloma yo creo que me tiene, en muy alta estima, a veces demasiada… yo siempre le digo: las expectativas…, pero la verdad es que orgullosísima de que AMAFI, a través de su presidenta Paloma Abad, pensara que yo podía aportar algo con un capítulo hablando de negociación en general, y en concreto de negociación colaborativa que es la que guarda más relación con esto de la resolución pacífica de los conflictos y también además en el ámbito en el que yo me puedo sentir más cómoda. Como ya he dicho antes, como mediadores buscamos la colaboración entre las partes y yo como soy “una niña muy obediente” me dicen escribe sobre eso, y yo escribo sobre lo que me mandan. Es estupendo ver las cosas publicadas por Editoriales que tienen un peso específico por dentro de algunos ámbitos y además al lado de personas como Bustelo, Eva Susana Fernández o Pilar Pulido que para mí son referentes cada uno en su materia.
Como anécdota te contaré, que cuando me tocó escribir el libro tuve la fatalidad de fracturarme la muñeca derecha, y la cuento porque creo que cuando se quieren hacer las cosas se pueden hacer las cosas. Desde aquí quiero agradecer a Paloma muchísimo, la paciencia que tuvo conmigo, porque fui la última en presentar ese capítulo, pero es porque yo tenía que escribir con la izquierda, y me cansaba y además con unos dolores tremendos, con el momento más elevado de la fractura. Pero de todo se sale, lo cuento para que la gente vea es que lo más importante en la vida es tener ilusión.
M.B: Yo estoy imaginándome la situación y pensando en seguro que echaste de menos al escribano antiguo, en al que ibas dictando…pero no es lo mismo. Yo si tuviera que plantearme hacer los artículos o un trabajo escrito, simplemente de hablar no podría, porque para mí la concentración es la escritura. No sé si te pasa a ti igual… el momento que sale es cuando escribo, no sé si sabría sin verlo escrito.
A.Q: No la verdad, es que no, a mí algunos me dicen que escribo con escritura automática, pero hablado no es igual. Es decir, el hecho de estar frente al papel o al ordenador que tienes la posibilidad de releerlo y cambiarlo, ver cómo suenan las cosas etc., yo creo que no es lo mismo. Soy muy de palabra escrita y también de gestos, pero muy de palabra escrita.
M.B: Imagino que leíste mi publicación sobre el libro, en ella expreso de tu parte, que me llama la atención conocer la negociación como un rito. Cuéntame más sobre eso. ¿Crees que siempre se negocia ante un conflicto?
A.Q: No, ojalá. Y sobre todo yo, aquí me planteo muchas veces, es que se entiende por negociar. Yo creo que, en cualquier reunión, en conferencias, en programas de radio, se habla de la negociación como si fuera, poco más o menos como un pecado mortal, como que solo negocia quien lo tiene todo perdido. Pues no, en absoluto, se negocia cuando se quiere llegar a un acuerdo, porque el fundamento y el fin de la negociación es el acuerdo, y yo creo que es una de las cosas que la diferencia de la mediación. El fin de la mediación no tiene porqué, ser un acuerdo, aunque la mayoría de las veces se llega. Pero en negociación es un proceso que va dirigido al acuerdo entre las partes. Eso es hermoso y maravilloso. Yo creo que además dentro de la naturaleza humana está precisamente esa capacidad de negociar, de arreglar las cosas por las buenas, es que si no esto sería más jungla de lo que es.
Otras personas, e incluso algunos profesionales van a la negociación como si fueran tahúres, pensando en llevarse algo más de la otra parte, en no ser sinceros ni transparentes a la hora de exponer las cosas y muchas veces acuden a negociar para sacar información que para dar información útil que pueda servir para llegar a un acuerdo. Y eso es una tristeza. Yo creo que por eso es importante hablar de negociación hablar de estos métodos, hablar de esta capacidad que tenemos todos los seres humanos de resolver las cosas por nosotros mismos o con la ayuda de terceros neutrales. Miremos a nuestro alrededor, digamos el mundo (M.B: al final en nuestro pequeño mundo, ¿no?) la cantidad de veces que las cosas se podrían solucionar sentándonos y hablando. Y no es un mito, es así y creo que se está perdiendo mucho el gusto por la palabra, por llevar la palabra de unos a otros. Algunos dicen que estamos en el momento de la postverdad, para mí eso evidentemente, no es más que un vocablo que cubre otro, que es la manipulación de la mentira y el daño, fundamental y por eso animo a negociar más.
En Colombia, tienen una tradición. Me llegaron a mandar una foto, porque en algunos municipios tienen: “El Palabrero”, que es una persona que hace esas labores de intermediación, de mediación, de ayudar a la gente a negociar a dialogar le llaman, fíjate que bonito… El Palabrero. Lleva la palabra de una parte a otra y algún monumento, en el que hay tres sillitas y él está en la del medio, y bueno me parece hermoso y muy bonito. Por eso digo que negociar, mediar, arreglar las cosas por las buenas, yo creo que eso está en la naturaleza de los seres humanos.
M.B: ¡Ay! Me has recordado… ¿Tu conoces el Fuero de Avilés?
AQ: Sí claro, anda que no lo he explicado yo veces..
M.B: ¿Te creerás que yo vivo en Avilés y que me enteré del Fuero estudiando la mediación?
A.Q: Desde el siglo XI, que tenemos esa figura del medianedo.
M.B: Me fascinó, y pensé que era una señal, porque yo no lo sabía.
A.Q: Siendo de Avilés, seguro lo sabías, pero no lo habías relacionado.
M.B: No, no, si yo no soy de Avilés… soy de Zaragoza. Vine aquí porque me casé y me vine a vivir aquí.
A.Q: bueno, uno de los antecedentes de la mediación familiar está en Aragón, con el Consejo de Parientes. Es un derecho consuetudinario, muy alambicado, muy antiguo e importante.
M.B: Ese también lo conozco, jajaja, y además que se sigue usando, en mi familia se usó, yo era pequeña, pero lo recuerdo y se juntaron las dos familias para resolver. La verdad no es que estemos inventando nada si no recogiendo lo bueno que se ha ido creando.
Me has contestado un poco, pero por perfilar. Por tu experiencia, ¿qué consideras que es negociar inadecuadamente? Y al revés ¿quién es un buen negociador? ¿Son cualidades opuestas?
A.Q: Voy a empezar por la segunda. Un buen negociador es aquel que se prepara la negociación, es decir que piensa que la negociación es un proceso y como tal pueden suceder muchas cosas y hay que preparárselo. Hay que conocer, saber cuáles son los puntos, cuáles los intereses y cuáles pueden ser las necesidades de las otras partes, eso es fundamental. Ir a negociar así cómo, se hacía antiguamente de ir a ver que echan en el cine, pues no. Uno ahora va al cine sabiendo qué se va a ver, y a lo mejor hasta se ha leído las críticas de una película o le interesa el director o uno de los intérpretes o el tema… pues en una negociación es exactamente igual y tener muy claro que se va a ofrecer y hasta donde se puede llegar. Porque en toda negociación también hay puntos o líneas rojas, que a lo mejor que no se deben o no se pueden traspasar. Hay que tener muy claro si hay algo innegociable, o si se puede cambiar cuando, y claro, ya hemos dicho, atisbar, si se puede los intereses de la otra parte, pero también tener muy claro los nuestros. Prepararlo en profundidad. Tener claro, que nadie es perfecto y que en una negociación pueden pasar momentos como que alguien amenace con irse, o incluso irse…Pero no pasa absolutamente nada porque una negociación se puede recuperar, y sólo es cuestión de hacer un pequeño paréntesis.
Creo que un buen negociador ve todas estas cuestiones y también sabe manejar el espacio, la disposición, cómo sentarnos, cosas que parecen muy obvias pero que muchas veces no se tienen en cuenta. A mí me da cierta sorpresa ver que alguien tiende a ir a una mesa de negociación y sentarse enfrente de quien es “su adversario”, o eso es ya una declaración de intereses. A veces, te miro directamente a los ojos, o no te miro, juego con la mirada y creo que sería mejor negociar desde otro ámbito. Dispongamos las sillas de otra forma, no pasa nada por negociar en una mesa redonda, si es cuadrada a lo mejor mezclarnos entre todos. Muy parecido a lo que hacemos en mediación. Y luego algo, que a veces en negociación se olvida, es la gestión de emociones, aunque sea una negociación mercantil o comercial, también surgen emociones, ya que somos seres emocionales. Puede surgir un rechazo, o rabia por un gesto que veamos hacer en otra persona y por eso tenerlo en cuenta. Autoanalizarnos para saber qué cosas me exasperan o que me hacen feliz y pensar también que a la otra parte le puede pasar igual, porque a veces somos más iguales de lo que creemos. Igual a mí no me gusta que alguien se haga la víctima… y puede que a la otra parte le pase igual. No sé si te he contestado.
M.B: ¿Quién es un mal negociador?
A.Q: Un mal negociador es el que hace trampa. El ofrecer información errónea, falsa, eso me avergüenza totalmente. En mediación hablamos de la buena fe, la negociación no está regulada, no hay ninguna norma que diga, la negociación consiste en esto y así se tiene que hacer, hay grandes manuales que todos hemos estudiado o que manejamos en algunas ocasiones, como el de la Escuela de negociación de Harvard, pero no hay ninguna norma que diga se negocia así, o asá, no hay un código deontológico para negociadores. Sí lo tenemos para los mediadores. Yo creo que la buena fe debe estar innato también en todo esto. El mal negociador es el que hace o intenta hacer trampas, aquel que busca información a sabiendas de que esto va a colocar o puede colocar en una posición de desventaja a la otra o las otras partes, el que acude a la negociación como si fuera una especie de regateo. Yo en algunas ocasiones he dicho: – ¿por qué has ofrecido 40? -Porque luego se puede ir subiendo. Pero te puedes encontrar que el de fuera diga: ya no quiero escuchar nada más. Es una tomadura de pelo. Se levanta y se va. Y no te ha dado la oportunidad de valorar otras circunstancias. Eso está dentro de lo que es un mal negociador.
M.B: Otra cosa sobre tu artículo y que me encanta, como ya he dicho, es que se usen recursos cinematográficos, literarios… etc. Y no somos las únicas, de buena tinta sé, que muchos compañeros y compañeras también lo hacen ¿En tu vida profesional has pensado “esto supera la ficción” o esto daría para una película en alguno de tus casos? ¿puedes contarme alguno en el caso en el que esto pase?
A.Q: Yo, muchas veces he pensado que esto era una cámara oculta. De las cosas que te cuentan o expresan. “Esto no puede ser verdad” “Esto no me puede estar ocurriendo a mí”. Porque son situaciones que, a veces son extremas. Pero luego reflexionas y piensas son situaciones extremas para mí. Pero claro….Esta situación me ocurría más cuando yo trabajaba en un centro de apoyo a la familia de la Comunidad de Madrid, por el tipo de personas que acudían la casuística era mucho más creativa, por decirlo de una manera positiva. Desde personas que vienen a solucionar temas parentales, como custodia de los hijos o del dinero con un acuerdo y luego terminan diciendo que quieren establecer unas normas para poder seguir manteniendo relaciones sexuales…y claro pues le dices que sí continuas con tu cara… y no deja de ser una sorpresa y sobre todo que te lo expongan a ti que eres una persona extraña. Luego intentas darle la vuelta a eso y piensas, deben encontrarse tan a gusto y deben de tener tantísima confianza en mí como profesional que te lo ponen, se abren y ya está.
En alguna ocasión, todos hemos oído la expresión de hacer manitas, pero en alguna ocasión por debajo de la mesa, una de las personas mediadas “hacía piececitos”, me daba con el pie cada vez que una de las partes decía algo, y yo retiraba el pie…pero hay que resolver esas cosas con total naturalidad… y yo respondía ¡ay! No sé si estoy pisando a alguien para que se den cuenta. Y no… No sé por qué, cuento estas cosas, pero es verdad que yo, a veces pienso, que hay gente para todo. Y yo también haré cosas extrañas, por los nervios o lo que sea. No pasa absolutamente nada.
También recuerdo un caso, en esa época no se hablaba prácticamente nada de custodia compartida, y llegaron a un acuerdo de custodia compartida por meses, pero al principio ninguno de los dos progenitores se quería encargar de los hijos. Eran hijos adoptados, dos, pero se pasaron varias sesiones de la mediación echándose en cara que los habían adoptado por tu culpa, no, porque tú te empeñaste…era una forma de castigarse. Dentro de mi “cortedad” yo pensaba, pero ¿cómo puede estar pasando esto? Si son sus hijos, esto es un chiste, esto yo no había visto nunca, ni como abogada que ningún padre ni ninguna madre se quisieran encargar de los hijos. También es verdad que no lo he vuelto a ver. Al final a través de la mediación acordaron compartir el tiempo con sus hijos, en una época en la que prácticamente no se hablaba de esto.
Anécdotas muchas…
M.B: Te confesaré que yo volví a hacer el TKI (Thomas Kilmann Instrument) y me sorprendió comparar los resultados con la vez que lo hice en una de mis primeras formaciones porque había cambiado… ¿es habitual? ¿por qué?
A.Q: Sí. Yo siempre digo que efectivamente hay un componente de temperamento muy importante. No sé si se continúa hablando de temperamento… todos tendemos más a un rango o a otro, pero sí es verdad que el carácter se va acomodando a lo largo de nuestra vida, dependiendo de nuestras circunstancias aprendemos a estar en el mundo, las relaciones también conforman nuestro carácter y luego también las circunstancias. Yo, por ejemplo puedo ser una persona, no lo soy, pero por poner un ejemplo, puedo ser evitativa de los conflictos y bueno darme lo mismo una cosa u otra, o esconder la cabeza debajo del ala, pero ante unas determinas circunstancias, por defender a un familiar o de ganar una oposición, me puedo convertir en una persona que teniendo un objetivo muy claro, muy claro, y que vaya a eso, como vulgarmente se dice “a muerte”. ¿se ha transformado? Pues igual no, son solo las circunstancias.
Si yo hiciera esta prueba ahora, seguramente que he cambiado…
M.B: Y hablando de confesiones… ¿sabes cuando te conocí por primera vez? Jajaja…
A.Q: ¿En Oviedo?
No, en el año 2013, fuiste mi profesora en el ICAM, curso práctico de mediación.. Creo que dabas mediación en herencias. ¿Qué ha cambiado Amparo Mediadora- docente desde entonces?
A.Q: No sé si soy en términos de mejor o peor. A veces eso es una cosa irrelevante, yo creo que soy menos ortodoxa, eso quiere decir que me he quitado muchos corsés a lo largo de mi vida, hay algunas cosas que mantengo. Como que las clases sean participativas, me gusta que la gente sea feliz… Y lo digo a conciencia, hay una parte muy importante en que las personas que se están formando también experimenten esas emociones alegres, satisfactorias… que digan: “merece la pasar aquí la mañana o la tarde o un ratillo”, eso es importantísimo y eso lo mantengo siempre. Mantengo el llevar monedas de oro, que luego se convierten en chocolate, jajaja. Un día me dijo un compañero que cuando yo daba estas monedas él se sentía como cuando se les echan a las focas, para que hagan cosas. Y pensé, “madre mía que mal lo debo de hacer para que alguien se sienta así” Desde aquí yo digo que lo hago con todo mi cariño, y además tengo que decir que la gente entra muy bien, porque es una manera de que la gente colabore y se mantenga despierta. Hay otros métodos, pero yo tengo este. Que no es mío original, somos muchos docentes que lo hacemos, viene de los norteamericanos, Thelma Butts fue a la primera persona que yo se lo vi hacer y hay muchas más que lo hacen.
Tú has hablado de que, cada vez hay más gente que habla de la literatura o el cine, y yo me alegro que haya cada vez más cine fórum de conflictos, que cada vez la gente se fije más en una obra de teatro y la analice desde el punto de vista de las emociones o de la resolución de conflictos y bueno, creo que estas cosas contribuyen a que la formación sea más placentero.
M.B: Leyendo en la Pág. 118, del libro hablas de separar a las personas del problema y como ejemplo cuentas que alguien quiere vender la casa heredara de sus padres, y lo óptimo sería poner el foco en querer vender desprendiéndose del orgullo, la rabia o de las ganas de fastidiar a otro… esto me llevo a plantearme ¿nos puede un poco a los profesionales no sólo resolver justo el objeto por el que te contratan o intentamos más? Me explico, en este caso, por ejemplo, conseguimos eso la venta… pero ¿y la relación con los otros herederos, ponte por ejemplo que sean hermanos/as? ¿debemos intentar restaurar la relación o eso no es lo que nos han pedido?
A.Q: Yo en mediación soy muy respetuosa con las partes, y digamos que hago un trabajo más emocional que otra cosa. Y digo respetuosa, porque la relación que quieran mantener las partes la tienen que decidir ellas. A veces pensamos hombre si son hermanos, tendrán que volver a encontrarse, pero eso lo tendrán que decidir ellos. En ocasiones es que hay situaciones, tan dolorosas que también necesitan su tiempo para poder restaurar esa relación de alguna forma. Hablamos de hermanos, ya que tú has puesto ese ejemplo, pero puede ser un divorcio, o puede ser un tema laboral… el elemento relacional es muy importante, pero primero observar a las partes, yo muchas veces se lo pregunto ¿cómo os queréis relacionar o qué papel vais a jugar? Cuando es un tema de ruptura con hijos a su cargo, es más difícil desprenderse una persona de la otra, pero pueden decidir qué tipo de rol van a jugar qué tipo de relación, en principio, con ella se encontrarían a gusto. Tú sabes Mapi, que además la vida cambia mucho y va por unos derroteros u otros….
En el ejemplo de las herencias, es un capítulo sobre la negociación y el foco sobre todo es el acuerdo y ahí evidentemente en una negociación asistida aplico fórmulas y herramientas de mediación porque me puede…eso evidentemente y hago preguntas que a veces a la gente les dejan un poco descolocadas porque son más psicológicas, como ellos dicen, pero que para mí son importantísimas.
M.B: Sí, esa la sensación que siento, me planteo ¿soy mejor gestora de conflictos si abro esas puertas de restauración? A ver hay que ser consciente de que hay muchas variables, a veces te las dejan abrir, lo que decías del momento…. Muchas veces se me genera ese debate y además luego si les alargas el proceso de mediación, se lo tienes que cobrar y te sientes como mal porque no vinieron para esto, y a veces me puede y es verdad que hay que analizar la situación y pensar ¿será el momento, será lo adecuado?. A veces sin más lo digo en la informativa. Si hago bien mi trabajo, y os doy herramientas suficientes, os podéis ir de aquí y seguir relacionándoos con las herramientas que os damos. Me puede y por eso te pregunto ¿cómo hacemos?
A.Q: Lo primero observar y ver cómo quieren ellos redefinir esa relación, cuando el elemento relacional es importante o puede llegar a serlo. Yo no soy de las que centran sólo en el objeto porque el conflicto no surge sólo por resolver el reparto de una herencia o sólo por establecer un régimen de visitas de los niños, el conflicto es mucho más profundo y si hay un conflicto es porque hay unas heridas que sanar y unas necesidades que se ven insatisfechas o no se han reconocido. Es esa labor también reparadora que tiene la mediación y que puede tener también la negociación en algún momento.
A mí me resulta curioso, que cuando en un proceso de mediación o en uno de negociación asistida alguna de las partes viene con letrado, son éstos a los que más le rechina que hagas preguntas que sean de otra índole, que te salgas del guion que esperan y hay que recordarles que estamos para resolver el conflicto y que a veces hay que hablar de estas cosas. Si veo que las partes están generando opciones y veo que no se sienten a gusto, por la vía del humor, por ejemplo, o les hablo de una película… O si alguien dice algo desde el respeto, digo frases como: “Hombre no vamos a acabar con la Guerra de los Rose” y eso a veces da pie para que las personas hablen. Seguramente a ti también te pasa, a la gente le encanta hablar de sí misma, pero no por ser egocéntricos si no por esa necesidad de ir más allá de lo que es obvio y de sentirse escuchados y reconocidos. Y aunque sea el tema de un impago de una renta o de un crédito, esa necesidad explicar el porqué.
M.B: Algo que me han dicho personas profesionales de la gestión de conflictos es que estos conocimientos les han cambiado, ¿Tú también lo sientes así? ¿Cómo han afectado estos conocimientos en tus relaciones personales, respecto de familia, pareja, amigos, vecinos…?
A.Q: Yo también tengo conflictos, a veces hay un mito, o hay gente que piensa que los mediadores no tenemos conflictos, pero claro que sí. Incluso he llegado a ser mediadora de mediadores, somos humanos y tenemos problemas y acudimos a mediación. Yo hasta ahora he intentado arreglar las cosas por mí misma y con la ayuda de las otras partes. Yo no me noto que haya cambiado, pero por supuesto que he cambiado. Respecto de los demás de la gente que me rodea, de la gente que vive el día a día que vive conmigo sí, me dicen que se me nota muchísimo, que a veces se pueden explayar como quieren, es curioso yo no lo noto.. ¿cambiarte la vida? Yo diría que te la amplía de alguna el horizonte e intentas ver las cosas como Alicia, al otro lado del espejo ver las otras cosas, ponerte unas gafas, como en la novela de Wenceslao Fernández Flórez, “Las gafas del diablo”. Que conste que el diablo es un señor que no me gusta, pero bueno, él hablaba de las gafas del diablo como esas gafas que te permiten ver lo no está a simple vista y en ese sentido la formación en mediación te cambia un poco.
M.B: ¿Qué consejos darías a los mediadores que salen ahora de los cursos de formación en mediación?
A.Q: Que no se desesperen…porque bueno depende un poco de las expectativas de cada uno. Evidentemente una formación en mediación que es hacer un máster, porque luego voy a hacer el doctorado, o tengo oportunidad de trabajar en NN.UU. pues estupendo, pero las otras expectativas como ampliar el catálogo de servicios en mi despacho, consulta etc.… y hago un curso de 100h que sea práctico, pero que me permita de alguna forma conocer esto.. Yo creo que éstos son los que antes tiran la toalla. Al cabo el tiempo a veces nos encontramos y me dicen: “es que la mediación no despega”. La mediación está despegada desde hace mucho tiempo, pero el trabajo no te cae del cielo, pero no sólo en la mediación, es en la abogacía en la psicología… tengamos en cuenta que la gran mayoría de los mediadores somos autónomos, salvo que tengas la suerte de trabajar en un centro de apoyo a la familia o servicio de mediación… eso es otra cosa. Como autónomos sabemos que es difícil y por eso les diría que no desfallezcan, y una cosa muy importante que no piensen que lo saben todo. Todos nos tenemos que seguir formando todos los días. Y a lo mejor uno dice: -no encuentro formación que me guste porque ya me lo he hecho casi todo-, pero a lo mejor hay otro tipo de formación que sí te sirve, para afianzar tus conocimientos o formación en mediación, materias complementarias, como formación en comunicación, temas filosóficos… Ahora se habla más de la filosofía y me doy cuenta de cuántos temas en común con la mediación, con la resolución pacífica de los conflictos.
También les diría que no se corten, sobre todo si en un momento determinado, les entran dudas o necesitan consejo, en los cursos, siempre dejo mi teléfono y correo electrónico, y lo doy de verdad, de corazón, para que me llamen, para que se pongan en contacto conmigo…y bueno, siempre es mejor llorar encima de un hombro ¿no?
M.B: Todos estos me sirven también para los veteranos, pero ¿alguno más para ellos?
A.Q: Yo creo los mismos, no desfallecer y seguir, seguir, seguir.. Yo me dado cuenta de que el trabajo del mediador es un trabajo muy solitario, en general, incluso para quienes median en comediación. Es como si estuviéramos en una burbuja, por eso es importante estar en contacto con foros, con asociaciones, Congresos, ver qué se hace por aquí o por allá. Te das cuenta de que hay otras personas, que trabajan en lo que tú, que buscan lo que tú, que creen en las mismas cosas que crees tú, y que se sienten igual. Eso es importante. A mí me reconforta muchísimo, y me encanta cada vez que puedo acudir a un evento de estos con otros compañeros y compañeras…
M.B: Me gusta mucho hablar de los casos ¿Hay alguna mediación que te ha dejado mal sabor de boca?
A.Q: Sí, me dejó mal sabor de boca un tema, fundamentalmente porque llegamos a 8 sesiones de mediación. Era cuando trabajaba en el CAF, y ése era el número de sesiones máximas, a veces se podía ampliar por dos más. Pero en este caso, se llegaron a las 8 y no había avanzado nada. Eran dos personas que se relacionaban entre ellas a voces, yo, hacía todo lo posible, todas las cosas que había estudiado todas las cosas que pensaba que podían servir y no servían absolutamente nada. Una anécdota, cada vez que venían estas personas, eran una pareja que se quería divorciar, el resto de las personas que estaban en otros despachos, cerraban a cal y canto… Hablaban así a voces, era tremendo y no sabía que hacer. Incluso les llegaba a recordar que la mediación era confidencial y que, si todos utilizábamos un tono de voz más bajo, el resto no se enterarían de sus conflictos. Daba igual. En un momento dado alguien me dijo no, no somos conscientes y a veces, porque no nos escuchen en casa los vecinos, cogemos el coche, nos vamos a un descampado y ahí hablamos y discutíamos. Pensé, son plenamente conscientes, pero no hay propósito de enmienda, se sienten a gusto en esa forma. ¿Por qué me quedé con ese sabor agridulce? Siempre me quedé con la sensación de si podía haber hecho algo más para rebajar, pero es que en realidad no había escalada de conflicto, hablaban y se comunicaban así. De una manera para mí, un poco disruptiva y también porque terminó sin acuerdo y siempre pensé que más podía haber hecho. Como trabajaba en un servicio público de mediación, cada semana teníamos lo que llamábamos reuniones clínicas de los diversos servicios, orientación psicológica, asesoramiento jurídico y servicio de mediación, yo lo exponía… pero la verdad nadie me dijo has hecho mal esto, o podrías hacer esto otro. Yo creo que nos desbordó a todos los que estábamos en ese momento y fíjate es de los temas que más me acuerdo, y la verdad espero que esa pareja pudiera resolver lo suyo.
M.B: Y ahora hacemos el cambio para quedarnos con buen sabor de boca.. Cuéntame una de esas que te dejan con una enooorme sonrisa, con una enorme plenitud emocional. De las que sales con un ¡Sí!.
A.Q: Muchos temas, pero recuerdo una que para muchos no será ni mediación, pero para mí sí lo era. Era una persona que llevaba mucho tiempo viviendo en la calle, porque había tenido un problema de adicción en al juego, después adicción a drogas había perdido su trabajo en una buena empresa, había perdido a su familia porque les quitó dinero, una familia acomodada. Cuando se le acabó el dinero, quedó en la calle y llevaba 3 años en la calle. Hasta que un día escuchó al SAMUR SOCIAL, a un voluntario y comienza a deshabituarse, de todo esto que es una vida muy dura. En un momento determinado hablando con un educador social, a éste le comentó que quería restaurar la relación con su familia. Entre los recursos públicos que había en ese momento, éste recaló en este centro de familia del que te habló y por azar me tocó a mi esta familia. Me entrevisté con él, y me puse en contacto. Ahí teníamos el protocolo de escribir una carta a la otra parte. Esta carta se la escribimos al padre. A los pocos días, llamó una persona, que dijo ser su padre, preguntando por mí. Yo me puse al teléfono y entonces me comentó que, por un lado se había llevado la mejor alegría de su vida, porque cuando vio el sobre que venía de la Consejería de Familia y Asuntos Sociales (ahora se denomina de otra manera), pensó que podría ser, que, igual su hijo tenía problemas, pero al ver que se le invitaba a poder mediar con su hijo para restaurar la relación, le dio una gran alegría al saber que su hijo todavía estaba vivo. Y me dijo algo que hoy en día se me sigue poniendo el pelo de punta. –“Desde tal día de agosto (y daba la fecha exacta de cuando dejó de ver a su hijo) no pasa un día que no me acuerde de mi hijo; dónde estará, qué pasará, y qué estará haciendo. Dígale que por su puesto puede venir a su casa cuando quiera, si es necesario yo voy a su centro y hago mediación, pero a lo mejor no va a hacer ni falta…
Y esto son de las cosas que te hacen poner una sonrisa de alegría, sino de satisfacción. Tu antes hablabas de satisfacer las relaciones… ¿por qué ocurren las cosas? Qué bagaje emocional de este hombre que vivía en la calle, me contó cosas muy penosas de vivir en la calle, yo pensaba, madre mía yo creo que me moriría, yo no podría ser tan fuerte, es tremendo. Pero también ese viaje de ese padre y esa familia de tener que reflexionar, pensar y mucho. Ese me reconfortó muchísimo.
Es un caso del que hablo en muchas ocasiones, porque lo llevo muy dentro de mí.
Luego personas que a lo mejor vienen a mediación pensando en una cosa y luego se van con otras, porque van cambiando las circunstancias..
Otro caso que me gustó mucho, derivado de un juzgado (civil). Eran unas personas que llevaban 20 años judicializadas. Habían tenido también causas penales, era una separación que se había complicado mucho por temas patrimoniales, y otros… Tengo que decir después de un gran trabajo (porque en esa mediación ocurrió prácticamente de todo: empezamos en el año 19, y de repente a principios del 20 viene la pandemia nos encierran a todos y hay que continuar la mediación online, una de las partes tenía varios abogados, porque había estado litigando en todos esos procesos judiciales y de oficio, la otra tenía sólo uno, pero claro cada abogado veía las cosas de una forma… E insisto venían derivados del juzgado por una cosa concreta y tú me preguntabas ¿nos centramos en lo que vamos a resolver? No, abrimos el abanico y por eso fue una gran satisfacción porque resolvieron 20 años de litigios y los abogados además fueron presentando en cada procedimiento sus acuerdos y la verdad creo que se fueron contentos… Fue un gran trabajo, y sobre todo por la parte de videoconferencias, porque ahora ya estamos más habituados, pero entonces no, y nos trastocó a todos un poco, lo mismo que los abogados. Yo a veces veo que los letrados llegan intentando llevar las cosas a un punto demasiado jurídico, y bueno lo jurídico está hasta donde tiene que estar, como todo, como lo psicológico, y todo lo demás, pero tengo que decir que en esta mediación que tan buenos recuerdos tengo: los abogados hicieron un papel de acompañamiento y de asesoramiento estupendo y ayudaron muchísimo, muchísimo a resolverlo todo.
M.B: Una pregunta.. ¿si tuvieras 5 minutos de tu vida para hablar o debatir sobre mediación con cualquier persona, a quién elegirías?
A.Q: ¿Con cualquier persona? ¿solo hablar de mediación? M.B: O de MASC, si prefieres… también puede ser un puesto. Yo hablaría de métodos pacíficos de resolución de conflictos con todos y cada uno de los dictadores que todavía hay, de un signo y de otro, porque hay dictaduras como se dice de derechas o de izquierdas, pues todos estos que ven el poder como algo totalitario y como si un país fuera su cortijo, pues hablaría con ellos. Es necesario. Y en la actualidad con esos mandatarios que no se reconocen como dictadores, ni como totalitarios pero que, perdona, nos están metiendo en unos “fregados” impresionantes a veces con guerras declaradas, o con amenazas de guerras o con otras guerras solapadas. Hablar con todos ellos creo que sería importante y estaría bien. Si tuviera el don de la ubicuidad iría de una casa a otra…
M.B: La última pregunta, que siempre suelo terminar es: ¿Me recomiendas un libro de mediación?
A.Q: ¿un libro de mediación? Siempre recominedo el mismo y quienes me conocen, dicen que siempre recomiendo el mismo, que para mí es fantástico… Todo el mundo conoce a William Ury, pero hay una obra que es quizá la que menos se le conoce que es “ALCANZAR LA PAZ”. Ese lo recomiendo siempre para quienes empiezan la mediación, para quienes se mantienen en la mediación y para quienes no les interesa la mediación, creo que ahí se habla de cosas tan consustanciales y además de una forma tan amena, que yo creo que nos da de alguna forma un acicate a intentar resolver las cosas, pues eso, naturalmente. Sin necesidad de tirarnos los trastos a la cabeza, ni de interponer demandas, ni denuncias, ni querellas. Ese es el que yo recomiendo.
M.B: Y… ¿Te puedo preguntar por uno que no sea de mediación?
A.Q: Recomendaría: identidades asesinas de Amin Maalouf, que a mí me ayudó muchísimo en su momento, y también lo releo de vez en cuando, pues porque a veces cuando nos etiquetamos a nosotros mismos, contribuimos a cercenarnos. Si alguien nos dice en un momento dado tú, ¿cómo te sientes? O ¿cómo te definirías? Pues decimos, yo me definiría como mujer, o como padre, o como madre, profesor…. Y lo que viene a decir Maalouf, es que al definirnos de una determinada forma vamos asesinando otras de nuestras identidades.
Claro él lo tiene fácil, en el sentido de que, como todo el mundo sabe, el nació en el Líbano, su familia es musulmana, él estudió en un colegio francés católico, vive en Francia, digamos que él llegó enseguida a ese camino de yo qué soy…y también eso te puede dar una pista porque yo no llevo los sombreros, los llevo todos encima porque no puedo disociar unas cosas de otras, creo que este libro es importante para quienes se dedican a la mediación, para quienes no se dedican a la mediación. Ahora mismo, con algunos conflictos que tenemos en este país y en otros países nos pueden ayudar a comprender las posturas de las otras personas, a no ser tan dogmáticos, porque a veces incluso quienes no nos definimos como dogmáticos también podemos caer en el pozo del dogma.
Luego hay un cuento de Kipling, “El hombre que pudo reinar”. Hicieron en los años 70 una película maravillosa que vimos todos… pero como me has pedido un libro. Pues te lo recomiendo. Este mantiene la idea de mantener la ilusión, tener una meta y no perder la esperanza, aunque luego las cosas salgan mal. Si luego analizamos las cosas quizá tampoco han salido tan mal.
¡¡¡Muchísimas gracias, se me ha pasado super rápido… pero no te puedo robar más tiempo!!! ¡¡¡De verdad, gracias!!!
Mapi, me encantó la entrevista. Es Amparo Quintana en estado puro.
Muchas gracias!! El mérito es de ella que es maravillosa