ENTREVISTA IGNACIO BOLAÑOS: HIJOS ALIENADOS PADRES ALIENADOS 

Muchas gracias, Iñaki, por dedicarme tiempo a responder estas preguntas aprender de ti es todo un lujo así que espero que puedas enseñarme más de lo que he aprendido de tu libro… https://www.resuelveasturias.es/titulo-hijos-alienados-padres-alienados-mediacion-familiar-en-rupturas-conflictivas/

 

M.B: La primera pregunta es la dedicatoria… “A Inma, mi mejor maestra de resolución de conflictos”: ¿Se puede preguntar quién es?

IB: Sí, Inma es mi pareja, es mi maestra porque es con quien más he tenido que hacer prácticas, jajaja, y es muy buena negociadora y a mi negociar se da muy mal, me gusta ayudar a que los demás negocien y ella me ha enseñado mucho. 

M.B: Han pasado muchos años desde que escribiste el libro… ¿Qué ha cambiado desde ese momento?  ¿Hay nuevos aprendizajes que me puedas contar?

IB: Han pasado muchas cosas. El libro salió en 2008, pero claro hubo todo un proceso previo que inicié con mi tesis doctoral y esto es bastantes años antes. ¿Qué ha pasado? Pues, me han pasado cosas en mi trabajo y han pasado cosas en mi entorno, de entrada, todo lo que ha ocurrido con el concepto: “Síndrome de Alienación Parental” … uf…ha sido muy complejo.

Mi tesis doctoral era un estudio sobre el SAP y cuando hice el libro ya me planteé modificar el término porque yo mismo veía que no era adecuado, al menos yo veía que no encajaba con lo que yo pensaba. Y a partir de ahí me propuse buscar una terminología distinta para hablar de una realidad que existía. Esa realidad existe, eso está claro, y quienes hemos trabajado con estas situaciones lo sabemos. Pero yo entendía que había que llamarlo de otra manera para entenderlo también de otra forma. En aquel momento recuerdo que por mantener fidelidad al concepto creo que hablaba de síndrome de alienación familiar (SAF) y en estos momentos ni eso. No porque no crea que no existe una dinámica de alienación familiar, entendida la alienación como una enajenación, pero todo lo que ha ocurrido alrededor en el contexto sociopolítico durante estos años, me llevó a pensar que había que cambiar la terminología y había que buscar otra forma de acércalo.

M.B: Te diré que, para mí, la definición de enajenación es algo que tienes que llevar presente cuando lees el libro y de hecho es de lo primero que recogí para el resumen.¿Qué implicaciones tiene el que no se haya reconocido como síndrome el síndrome de alienación parental de Gardner? 

 IB:Las implicaciones son positivas, yo creo que no hay un síndrome de alienación parental (hay otras cosas) tal y como lo define Gardner, en términos de identificar una parte responsable, o una parte más responsable y que habitualmente eran las “madres manipuladoras”, me parece que no es adecuado. Y por eso creo que es positivo que no sea identificado como síndrome, porque ¿para qué?.  Pensemos ¿qué implicaciones hubiese tenido si se hubiera seguido reconociendo? Estaríamos en que los Juzgados, que en ocasiones se sigue haciendo, tomaría una serie de medidas, como apartar a niños de sus madres, meterlos en centros, hacer todo el “programa de desprogramación”, esa intervención planteada por Gardner y sus seguidores, y eso me parece que no es adecuado. ¿Implicaciones? Lo mejor es que esto no ha pasado.

MB: Pensando en otros/as autores, aquí cerquita tengo a Asún Tejedor ella dice de calificarlo de acientífico porque no está reconocido, pero que existen dos términos diferentes, alienación parental y síndrome de alienación parental, lo que me lleva a preguntarme…. ¿existe la alienación?

Es un concepto que tiene varios significados, depende del contexto desde el que lo miremos. Yo pienso que se ha asimilado alienación a alejamiento o una especie de apartar o poner en otro lugar y desde ese punto de vista existe. La alienación como sinónimo de enajenación (que es el que más me gusta a mí) de convertir a las personas o de llevar a las personas a que hagan algo que no se corresponde con lo que tendrían que hacer, es como una especie de locura, y eso también existe. Yo hablo de “locura familiar”, de entender que en un momento determinado los miembros de la familia se ponen a hacer cosas que no se corresponden con lo que cabría esperar de ellos. Desde esta mirada, existe la alienación, como sinónimo de enajenación. Entonces, que unos padres/madres a partir de un determinado momento comiencen a acusarse mutuamente de manipular a sus hijos/as y que esta discusión la lleven a terrenos judiciales con todo lo que ello conlleva, para mí es una alienación familiar. Por eso en el libro hablaba de que los alienados son los padres y las madres y al final también los hijos/as, todos incluidos los abogados/as, jueces/zas, los psicólogos/as… todos los que juegan a este juego sin fin. La alienación existe sí… Desde Marx.

M.B: ¿Cómo lo llamamos ahora? ¿Interferencias parentales, dinámicas de resistencia y rechazo filio parental, síndrome de alienación familiar, control parental de acceso…?? (parental gatekeeping) ¿Y a los progenitores? No sólo el concepto en sí, porque la mayoría de los profesionales que intervienen o que los ha vivido y los ve… saben que existe, pero repito ¿cómo lo llamamos?

 IB: Hay un libro de Juan Luis Linares, que fue mi director de tesis, que se llama Prácticas alienadoras familiares que es una terminología que me gusta porque identifica una situación relacional en la que, en determinados momentos cada uno de los participantes ejerce su práctica alienadora y, por tanto, tiene alguna responsabilidad en ella. Es difícil encontrar una terminología, incluso me he planteado no llamarlo nada, porque en el contexto en el que estamos cualquier terminología que le pongamos va a ser identificada como una variación de lo mismo y si la idea es hay que prohibir el síndrome de alienación parental cualquier terminología que se le asemeje va a ser metida en el mismo saco. “El no síndrome sin nombre” o como me dijo una magistrada y amiga “el síndrome sin sustancia (SSS)”

M.B: En varias ocasiones me he planteado y así lo planteé a la ANCOPA, el hacer una mesa redonda con un debate entre todos los que habéis estudiado e intervenido en estas situaciones para que llegar a una forma adecuada de intervención…. Ahí te lo dejo…

IB: En algunos momentos me he querido alejar de este tema, pero no he dejado de trabajar en ello, sigo estudiándolo, porque me gusta y me preocupa desde una perspectiva de ayuda, de búsqueda de soluciones al sufrimiento de las personas implicadas, pero ha habido momentos en que tenía la sensación de que no tenía sentido. Por todo lo que está pasando alrededor, para mí hay unas dinámicas familiares, que no particularizo, no es un padre o una madre con hijos/as, es una dinámica familiar relacional, es algo mucho más amplio y complejo. Además, es una dinámica familiar alienadora, entiendo como decíamos antes, la alienación no como el efecto que alguien produce en otra persona sino como el resultado final del funcionamiento de esa familia en el que todos tienen algún tipo de responsabilidad, cada uno desde su lugar, entiendo que no tiene la misma el niño que sus padres…

M.B: Me gusta especialmente cuando hablas del término de proceso psico-jurídico ¿Crees que la mayoría de las personas comprenden que hay dos procesos en la ruptura de pareja? 

IB: Yo creo que no. La gente de la calle, la normal, que no somos nosotros (jajaja) no. Es más, mayoritariamente se apunta sólo a un proceso jurídico. Justo esta mañana hablaba con una estudiante que estaba haciendo un trabajo y me preguntaba si la mediación vale para los conflictos de pareja, antes de la ruptura. Yo le dije, bueno a ver, puede servir en algunos casos, pero hay que poner un límite, hay que ver cuál es el conflicto, porque dependiendo de qué se trate lo pueden abordar en una mediación o en una terapia de pareja. Y me contesta ¡Ah vale!. Y sigo, pero en cambio cuando la pareja se divorcia, la mediación es muy clara y útil. Y ella me dice, entonces es cuando van a juicio… a lo que respondí, ¡no! Cuando se divorcian o separan. Ella entendía que la separación y el divorcio ya es en un contexto de juicio, es otra cosa. Todavía hay muchas personas que piensan que la vía judicial es la única forma de separarse.

M.B: Eso me lleva…debatamos un poco sobre ello, ¿abogados versus psicólogos? ¿o mediación asistida por esos profesionales? ¿Cuál crees que sería el mejor camino?

IB: Eso no está en el libro…. 

M.B: Jajaja..

IB: Lo que sí creo que está en el libro, es una cosa que he pensado siempre, lo sigo diciendo siempre: “los abogados son mis amigos”. Cuando estás trabajando en esta situación el abogado no puede ser el enemigo, sino que es alguien que participa conmigo y con los demás en esta dinámica. ¿abogados versus psicólogos? No, desde mi punto de vista no, son abogados y psicólogos colaborando, una colaboración necesaria en el tema de la mediación, porque a mí, como mediador psicólogo, me faltan muchas herramientas que me puede dar alguien que procede del derecho. No creo que deba haber una rivalidad. 

M.B: En la pág. 26, hablas de cómo la custodia, dentro del marco legal acaba convirtiéndose en la propia pertenencia de los hijos. Y eso me ha llevado a pensar en las disputas y motivos de la custodia compartida. ¿Te encuentras situaciones al contrario? ¿Qué ninguno quiera hacerse cargo de los hijos? ¿y te has encontrado con situaciones en la que los padres superados por la maternidad/paternidad rompen la pareja para tener espacio para ellos? 

IB: Yo nunca me he encontrado esa situación, no digo que no exista, pero sí creo que pueda aparecer disfrazada. Sí que me he encontrado con situaciones con grandes disputas entre los progenitores, en las que no era tanto no querer encargarse como sentir que no tienen herramientas para afrontar el hacerse cargo. “Ahora de repente tengo que asumir estar un mes con mis hijos/as y no sé cómo lo voy a hacer” y como no sé cómo lo voy a hacer, le echo le culpo al otro/a.

M.B: Me gusta mucho esto que me estás diciendo, y en muchas ocasiones pasa esto, seguimos sin querer asumir mi parte responsabilidad en estas situaciones, ¿cómo lo hacemos como profesionales de la mediación? 

IB: Para mí con la herramienta de la reformulación, un trabajo muy complejo, un proceso que debe prepararse poco a poco, desde esa escucha en la que, cuando alguien te está diciendo: “él/ella está haciendo todo lo posible para que no pasen conmigo el verano” y tú como mediadora, lo modificas por un: “háblame de ti ¿qué es lo que harías en verano si estuvieses con los niños/as y si él/ella no estuviese haciendo lo que dices que está haciendo, ¿cómo lo harías?” Y a partir de allí las personas empiezan a hablar de sus propias dificultades y sus propios miedos. Y al final no es tanto que ella no te deje como que tú no te sientes con las habilidades necesarias o que te da miedo y eso es muy legítimo, es muy legítimo no sentirse seguro/a con tus hijos. Pues hablemos de ello….

M.B: Esto me lleva a preguntarte ¿crees que los/as mediadores/as deberíamos dotar de herramientas o» sólo te lo planteo y te lo dejo encima de mesa y busca ayuda»?

IB: Yo creo que, si entendemos la mediación como ayudar a las personas a que resuelvan las cosas con sus propios recursos, sí que podemos ayudarles a identificar cuáles son esos recursos y a ver que los tienen. No los damos, pero sí ayudamos a identificarlos y me parece que identificar como un recurso propio la capacidad de pedir ayuda me parece que está bien. No hace falta que demos esa ayuda: ¿cómo lo harías? Si tuvieses que buscar ayuda ¿cómo lo harías? ¿quién te podría ayudar? Ten en cuenta que a veces esta ayuda no tiene por qué ser profesional, sino que puede ser familiar.

M.B: Pág. 35 siguiendo a Pittman hablas de diferentes tipos de crisis de divorcio, (desgracias inesperadas, crisis de desarrollo, crisis estructurales, crisis de desvalimiento…) Una vez conocida la causa de la crisis, ¿cómo afecta esto a la intervención, hay que seguir unas determinadas pautas? 

IB:  Es una pregunta difícil… Pienso que es una clasificación antigua, pero que sigue siendo útil, nos ayuda a identificar cuál es la metodología más adecuada. Por ejemplo, para decidir si la mediación es adecuada. Si hablamos de la ruptura de pareja como un cambio evolutivo, y por lo tanto de una crisis adaptativa, vemos que la familia necesita dar una serie de pasos y acordar sobre ellos. En este caso la mediación es un recurso clarísimo, sin duda. Pero cuando hablamos de crisis más estructurales que forman parte de una dinámica que ya lleva mucho tiempo establecida… sabes que siempre he defendido y se me ha criticado mucho, y con razón, un tipo de mediación que no es una mediación pura, sino una mediación terapéutica. Desde mi punto de vista sigue siendo mediación, pero tiene un claro componente terapéutico. Cuando hablamos de ese tipo de crisis creo que es más conveniente que una mediación pura que intenta llegar sólo a acuerdos. O por ejemplo una crisis de desvalimiento, como dice Pittman, donde las personas están en una situación en la que, por mucho trabajo que hagamos, no vamos a ser capaces de poner en marcha sus fortalezas, porque necesitan ayuda externa. Igual hay que derivarlos a otro tipo de recursos que no son la mediación. Es en ese sentido que creo que ayudan la perspectiva de crisis.

M.B: Y lo más importante ¿Qué implicación tiene esto en los/as hijos/as?

IB: ¿a qué te refieres tipo de crisis o el tipo de intervención?

M.B: En principio me refería al tipo de crisis…

IB: Bueno, a ver, las crisis más saludables son aquellas que suponen un proceso de adaptación para toda la familia y que se resuelven adecuadamente. Sabemos que la crisis de ruptura es una crisis dolorosa para los padres/madres e hijos/as pero, con el paso del tiempo, aunque queden algunas heridas dolorosas, puede ser una experiencia de crecimiento en la que pueden salir todos fortalecidos. En cambio, la continuidad de la crisis en el tiempo, sobre todo esas crisis estructurales si no se trabajan, si simplemente se gestionan, como muchas veces en los juzgados, pues son las más dañinas y los hijos/as pueden salir con más secuelas para el resto de su vida. 

M.B: Sobre mediación terapéutica ¿has escrito algo?

IB: Mucho de lo que digo en mi libro es sobre mediación terapéutica. Lo que es cierto es que, si no recuerdo mal, sólo me atrevo a llamarle así al final del libro, en las conclusiones. Porque hablar en aquel momento sobre mediación terapéutica estaba muy penalizado, o al menos yo lo sentía así. Escribí alguna cosilla suelta…

M.B: ¿Y qué esperas? Yo estoy deseando leerlo….jajaja

IB:  Quizá, porque la verdad es hora de llamar a las cosas por su nombre. La mediación ha evolucionado mucho, y son muchos años, más de 30 años, yo comencé en los 90… no llevo la cuenta y creo que hay que ser valientes. Y habría que hacerlo porque esa mediación existe, hay gente que la está haciendo y es necesaria. Antes se decía en determinados casos: si no se pueden abordar con mediación… hay que hacer terapia. Y ¿quién la hace? Pero son casos que necesitan mediación desde una óptica terapéutica. Necesitan acuerdos relacionales antes que sustantivos. Por tanto, hay que buscar una intervención intermedia, pero claro, la tienen que llevar a cabo personas que tengan esa formación y experiencia específica. 

M.B: Pág. 36 procesos de divorcio: (emocional, legal, económico, co-parental, social y psíquico) ¿Se puede con preguntas saber si han superado todos? No me refiero directamente….

IB: Sí claro, no directamente como dices, pero sí, porque la labor del mediador tiene que ser identificar esto, ya que ahí muchas veces es donde están los obstáculos que impiden llegar a los acuerdos y, sobre todo, si se quiere avanzar en la mediación. Creo que sería muy bueno tener una especie de ítems que, cuando tú estás trabajando un caso te permitan preguntarte ¿cómo van a hablar de cómo organizarse con los niños/as “(nivel 4)” si todavía no han asumido ninguna responsabilidad “(nivel 1)” sobre la ruptura? 

Claro, hay que preguntarlo. El mediador a través de sus preguntas identifica los obstáculos sobre estos aspectos para poder trabajar con ellos. Si uno de los problemas tiene que ver con que uno de los dos tiene dificultades, por ejemplo, para abordar con su propia familia el tema de la separación y resulta que cuando los niños/as están con los abuelos y éstos se dedican a descalificar al otro, este tema hay que trabajarlo. Dentro de lo que son los niveles de superación de la ruptura, esta persona no lo está gestionando bien y tengo que abordarlo con ella.

M.B:En esto me lleva a el DUELO, se habla mucho sobre ello. “tiene que superar el duelo” …. En la Pág. 40, hablas del duelo como pérdida del objeto amado en 4 fases (negación-protesta -desesperación y desvinculación. Yo que vengo del mundo del derecho, me cuestan más estos conceptos, así que te pido ayuda ¿cómo lo haces tú?

IB: Lo primero de todo hay que asumir que todo proceso de divorcio supone un proceso de duelo y que ese proceso de duelo se inicia, para muchas personas, una vez que se produce la ruptura y para otras muchas, antes de que esta se inicie. La gente empieza a separarse mucho antes de la separación definitiva. Y los mediadores debemos saber en qué punto están, si están en una fase de negación o de depresión. Es muy habitual encontrarnos, sobre todo en los primeros momentos, que están en esa fase de negación de no querer aceptar ¿cómo trabajarlo?… 

Pues un poco se desprende del libro y de esta mediación terapéutica. Yo, sobre todo en casos complicados, defiendo el trabajo individual con las partes. La terminología “caucus”, no me gusta mucho, la entiendo como un espacio pequeñito para abordar cuestiones puntuales. Me gustan las sesiones por separado. Al trabajar una hora y media con cada uno, puedo abordar este tipo de aspectos. 

Claro, cuando estás con uno que te dice: “yo no puedo superar que él o ella se separe de mí… ¿cómo voy a hablar de cómo nos vamos a organizar si yo no puedo aceptar el primer paso?” Ahí le puedes transmitir normalidad, y le explicas que es algo que pasa, que está descrito, que hay unas fases, y que en principio es normal que te sientas así, pero luego irá cambiando y, un poco como decías antes, si en esos espacios individuales la gente se ve atascada y ve que no puede dar los pasos porque está anclada en momento de duelo insuperable, hay que ofrecerle la ayuda para superar este nivel.

M.B: ¿Co-mediación o mediación por uno solo?

IB: Pues depende. Si son casos como los del libro.. pues casi mejor que sean co-mediación porque son casos difíciles. Si se puede, es mucho mejor. Pero no siempre es posible.

 

M.B: Pág. 100 Hablando de las etapas de Folberg y Taylor, en la 5, clarificación: redacción del plan, hablas de que no hay que usarlo, lo cual me encanta por cierto y luego dices que la firma de los acuerdos es un acto simbólico que tiene gran relevancia, la persona mediadora puede remarcar o enriquecer este momento utilizando un ritual, ¿Cuál ES EL TUYO? 

IB: Jajaja, no hay un ritual específico. Se trata de que el mediador sea el que sugiera que se podría hacer un ritual, pero luego son ellos los que lo dicen. A ver el ritual, jajaja. Hay una parte que sí proponemos nosotros, que le damos formalidad, hay que firmarlo. Pues mira, ahora no, pero antes tenía una pluma que les daba para que firmaran, por darle un poco de relevancia. Yo planteo “estaría bien, porque es un gran momento… ¿qué podríamos hacer para celebrar este momento? Que no sea sólo firmar un papel”.  Y ellos son los que lo piensan y quizá sólo es darse la mano, o a veces cosas más elaboradas como ir a tomar un café o, como en uno de los casos que está en el libro, escribirse una serie de cosas que no se habían dicho nunca, meterlas en una botella y tirarlas al mar… creo que fue muy bonito. Pero no siempre hay la suerte de vivir esos momentos de gran emoción (o de tener un mar cerca). Pero es eso, que ellos decidan cómo celebrarlo 

M.B:Así también en la etapa 7 Aplicación, revisión y modificación, ofrecer materiales impresos que eduquen sobre problemas comunes y posibles dificultades…. Así como del seguimiento ¿qué recomiendas ahora?

IB: Sobre esto he cambiado, creo que todos hemos cambiado y evolucionado sobre estas cosas y ahora mismo, esto no lo hago, no recomiendo nada. Quizá porque desarrollas más confianza en que las cosas puedan funcionar y que, si no funcionan, aquí estamos y podéis volver. No doy material impreso, no sé si está bien o mal. Simplemente igual es que vas evolucionando.

M.B: o bueno que tienes más seguridad en las herramientas que les has dado.

IB: No lo sé, eso suena mejor de lo que yo he dicho, pero no lo he dicho yo… 

M.B: Yo saco esa lectura…..

M.B: Pág. 191, 3ª parte del libro el capítulo 11: “PROTOCOLO DE ACTUACIÓN EN CASOS DE ALIENACIÓN FAMILIAR: PROGRAMA DE DISOLUCIÓN DE DISPUTAS LEGALES (PDDL)”. Explicando paso a paso, fase a fase como una orientación en la que expresamente, dice que: “el mediador únicamente informa al juzgado de la interrupción. No da más información” (Pág. 191) lo cual me lleva a plantearme… ¿Existe siempre alta conflictividad en estas situaciones y sería más recomendable un proceso de coordinación de parentalidad o no podemos generalizar y es mejor estudiar caso por caso?…. (los del innombrable….)

IB: ¿Existe siempre alta conflictividad? Sí, cuando digo alta conflictividad no me refiero a que sea explosiva o muy visible, a veces es una conflictividad subterránea, que es la peor, y tiene que ver precisamente en muchos casos, con duelos no resueltos, con dificultades de aceptación y que van por debajo. Sí, detrás de cada niño o niña que desarrolla un proceso de rechazo a hacia uno de sus padres, hay alta conflictividad. Porque si no fuese así, se hubiese quedado en un rechazo primario, que puede ser normal, esperable y puntual y que los padres podrían haber resuelto simplemente hablando, pero si no han podido es porque hay alta conflictividad.

En el momento que yo escribí esto yo no conocía la Coordinación de Parentalidad. Yo trabajé en Juzgados hasta 2005, y sí, hacíamos algo de esto sin saberlo, porque había una parte de intervención en la que psicólogos y trabajadores sociales de los equipos técnicos de los Juzgados hacían esta labor, o muy parecida. No es incompatible, creo que en estos casos puede ser viable una intervención de una mediación terapéutica o terapia familiar acompañada de una coordinación de parentalidad. Yo valoro mucho la Coordinación de Parentalidad, pero pienso que, si no se acompaña a veces con un trabajo de otro tipo, pues puede quedar simplemente en facilitar un cumplimiento de un régimen de visitas. Por eso la combinación de ambas intervenciones sería lo ideal.

M.B: ¿Quién debería calificar esta situación? 

IB: En el momento en el que en el Juzgado se plantea la negativa de unos hijos a relacionarse con uno de sus progenitores, en que el niño/a va a hablar con el Juez/a y dice: “no quiero ver a papá o a mamá”, ya está, habría que derivar a mediación o a otro recurso de ayuda para que aborde la situación desde un punto de vista no estrictamente judicial. 

M.B: ¿Tienes algo que ver con el libro de “Lo que he aprendido de los niños y las niñas? El proyecto de la Plataforma Familia y Derecho y la Universidad de Vigo. Coordinado por D. Xavier Abel y Dª. Francisca Fariña. Lo digo porque una de tus frases, con la que cierro el comentario de tu libro: “Pero, sobre todo, he aprendido de los niños. Ellos me han enseñado que la separación de sus padres no necesariamente constituye un hecho traumático. Me han enseñado que, a pesar de todo, pueden continuar queriendo a los dos, incluso cuando no les queda más remedio que rechazar a uno de ellos” (pág. 15)

IB: Me emociona escucharlo, hacía mucho que no lo escuchaba. Y es verdad. 

M.B: Y por eso te preguntaba porque tu frase, mucho anterior está muy relacionada. 

IB: Admito mucho a Francisca, me llevo muy bien con ella y hemos trabajado muchas veces juntos. A veces leemos, decimos o escuchamos cosas que simplemente son pensamientos colectivos. Me gustó mucho el título cuando lo vi y seguramente haya algún vínculo emocional…

 M.B:Ya para terminar, recomiéndame un libro:

IB: ¿De estos temas?

M.B: Del que quieras 

IB: Te voy a recomendar dos. Uno, yo soy muy fan de MURAKAMI, y, como estás en Asturias, pues aprovecho, porque no le han concedido el Nobel, pero sí el Princesa de Asturias, y acabo de leer 1Q84, y me ha parecido una maravilla. Me encanta por cómo describe las relaciones.

Y luego voy a hacer propaganda. Mi hija escribió un libro que me parece una preciosidad, y reconozco que no soy objetivo. Se llama: “Cuidar a un tigre” (https://www.planetadelibros.com/libro-cuidar-a-un-tigre/380420) . Es un relato de una experiencia personal. Sobre todo, le pone palabras a lo que la gente, sobre todo cuando está mal y tiene que hablar sobre lo que nosotros los psicólogos llamamos ansiedad, depresión o síndrome de tal, ella lo describe con unas palabras tan bien puesta… que es recomendable para jóvenes y no tan jóvenes. 

M.B:Muchísimas gracias, Iñaki, por tu tiempo y por tus enseñanzas. ¿algo que se nos quede en el tintero?

IB: Pues te confesaré que ha sido muy agradable porque además hacía mucho tiempo que no hablaba con nadie de este tema, porque ahora mismo estoy más centrado en la Universidad, estoy en otro tipo de situaciones. Estoy trabajando con conflictos universitarios y sigo estudiando temas y leyendo las cosas que van saliendo, pero no hablo mucho con nadie de estas cuestiones. Es más, intento evitarlo sobre todo a raíz de lo que ha pasado con síndrome de alienación parental, porque a veces te llaman periodistas y yo no quiero hablar de esto… así que muy bien muy contento. Para mí ha sido muy terapéutico hablar contigo. Gracias.

M.B: Te confesaré que cuando compré el libro (ya hace tiempo) en cierto modo tenía miedo de que lo descatalogaran o que no lo pudiera conseguir por el título, además decían que sólo quedaba uno. El nombre, creo que no está bien elegido por todo lo que aportas, hay mucho sobre procesos, herramientas, mucho sobre mediación que lo que nos dedicamos a esto debemos conocer y aprender….y por cierto hablaremos de ello en el Balcón del mediador….

He aprendido mucho y por eso muchas gracias…. Y por favor no dejes de tener en perspectiva escribir sobre mediación terapéutica.

1 comentario en “ENTREVISTA IGNACIO BOLAÑOS: HIJOS ALIENADOS PADRES ALIENADOS ”

  1. mari luz sanchez garcia-arista

    Entrevista de calidad, que refleja la calidad humana y profesional de los dos interlocutores!
    Resulta, además, sugerente y motivadora, además de aportar aprendizaje!!!
    Gracias a los dos por ella!!!

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