Entrevista a Pascual Ortuño, sobre su libro: “Aquellos días del Sáhara. 1973-1975”. Historias por descubrir, emociones para evadirse. 

Gracias Pascual, por este tiempo y por responder a mis preguntas.

M.B: ¿Cuántas historias son reales? Después de leer el libro sé que algunas sí y otras no.

P.O: Sí, la novela la he escrito durante mucho tiempo y además no la he escrito de manera cronológica, ya que hay algunos capítulos que los escribí hace mucho tiempo incluso años y todos tienen una base real, el entorno, el contexto, lo que es ficción son los personajes principales que pertenecen a la trama principal y las otras que se van cruzando, pero sí hay una realidad de personajes espejo, porque he pensado en personas que conocía.

M.B: ¿Cuántas has vivido en primera persona? ¿Y con quien te identificas?

P.O: En primera persona no hay ninguna y en algunas de ellas he estado, y me han pasado cosas parecidas, no es una novela autobiográfica. Pero las historias a veces son ciertas, otras sospechadas, otras imaginadas y en casi todas ellas he estado de observador. Pero si es verdad, que una de mis hermanas cuando leyó el libro, que lo leyó de tirón, me dijo que había llorado mucho y que se acordaba mucho de mí. He procurado distanciarme.

La portada del libro, que la hizo mi hija Ana, tiene una foto en la que salgo yo, justamente de observador.

M.B: ¿Cuál es tu personaje favorito? La mía es Jadisha…

P.O: Coincidimos totalmente… Es un personaje de mucha humanidad, y además a las mujeres saharauis les tengo un especial cariño. De hecho, cuando presentamos el libro en Tenerife, estuvimos con Sukenia, una mujer saharaui, tiene una hija que es abogada luchadora por los derechos humanos, y es una mujer fuerte del desierto de esas que han vivido todas las vicisitudes, que tiene algo mágico y que tiene un espíritu de supervivencia, ese brillo del amanecer del desierto. Te diría más pero no quiero hacer spoiler…

La novela la he preparado concienzudamente, por ejemplo, los Testigos de Jehová hemos entablado amistad con testigos de Jehová que estudiaron allí y les hemos cogido mucho cariño, no entiendo ese desprecio que les tiene mucha gente… yo he terminado por tener muy claro que se hace muy mal con ellos. Se acepta en general a muchas confesiones, aceptamos a musulmanes, judíos, hindús, protestantes… y respecto los testigos de Jehová, que son gente pacífica, buena y con los que compartimos muchos valores…

M.B: ¿Cuánto tiempo te costó el estudio de los datos para el contexto histórico? La exploración de la historia real, de la científica ¿Dónde estuviste? ¿Qué y dónde lo buscaste?

P.O: La parte de la historia que transcurre en la, digamos la península, esa la viví muy de cerca y la sorpresa es que al ir a buscar fuentes no he encontrado casi ninguna. Porque hay muchas cosas escritas de la transición después de la muerte de Franco, pero de esa época que fue muy importante donde se sentó los principios de lo que está pasando ahora, no sólo del principio de la transición sino también del desencanto de tantos años de tanta ilusión. He encontrado en algunas revistas especializadas de la época y a las que hago referencia en mi página web (http://www.pascualortuno.com),no hay mucho escrito. Después con el tema del Sáhara, he leído muchos libros, y han sido muy importantes las aportaciones de Alejandro García que ha escrito mucho sobre la historia del Polisario del Sáhara, de una profesora de la Universidad de las Palmas que ha escrito sobre el impacto de la pérdida del Sáhara en Canarias… he leído mucho y sigo leyendo, porque sigo encontrando.

El día de la presentación en Barcelona, me abordó una persona que ha escrito tres libros fantásticos, que los estoy leyendo después y que son historias paralelas a las mías, hay uno que se llama la Enfermera de del desierto, y tenemos de hecho la semana que viene en Barcelona un coloquio sobre nuestros libros por la cantidad de paralelismos que hay sin haber conocido nuestras obras, yo por haberla escrito posteriormente y no haberla leído antes. Es ficción, pero con una base real que las hemos vivido diversos autores con diversas técnicas, unos más históricas, otras más literarias.

M.B: ¿Hiciste un viaje después?

P.O: Sí, el año antes de la pandemia, fui allí con mi mujer, Maite. Estuvimos 4 o 5 días, y dormimos 3 en el desierto, tenemos de hecho un reportaje fotográfico fantástico. Fui reviviendo todo aquello, porque cuando estás allí metido… a ver una de las cosas que más me arrepiento, quizá por la juventud de ese momento, por la mala uva de estar ahí lejos, no eras capaz de apreciar la belleza de aquellas historias… Estuvimos en Jaimas, tomando tés… disfrutamos mucho.

Hay historias, que son contemporáneas a esa época, que son reales, como la del Cabaret, que quien haya estado allí se acordará. Y la verdad deseando volver.

M.B: ¿Hay manías de escritor?

P.O: No, hombre, me ha resultado un poco difícil, porque hasta ahora lo que había hecho había sido en el ámbito jurídico. Y aunque, ya lo sabes, tanto en “Justicia sin jueces” como en “Hijos Ingratos”, hay relatos, por tanto, literatura también, pero los relatos son más fáciles de construir, a diferencia de una novela, que es como construir un edificio. Hay muchos personajes, muchos ambientes, me han hecho la crítica que quizá sea muy larga… ¿te ha parecido larga? 

Pues la verdad que no, quizá porque estoy acostumbrada a libros técnicos y una novela siempre es un placer y no se mi hizo nada larga. 

La verdad es que tuve muchas correcciones por parte de la editora, me sacó los colores muchas veces, porque me decía esto lo has explicado varias veces, porque la gente piensa que escribir una novela es sentarse y empezar a escribir, pero hay que pensar la trama, poner los cimientos, hay que hacer carpetas de personajes, y luego ir escribiendo. Y, además, muchas veces además no se escribe linealmente, por ejemplo, aquellas vivencias directas como el oasis, como las jaimas, no quería que se olvidaran y las escribí antes e incluso hace años. Y también, las poesías, que son de aquella época. Técnicamente no son buenas, pero tienen autenticidad.  

M.B: Esta casi ya me la has respondido un poco, pero sigamos. ¿Qué diferencias hay entre escribir una novela o los libros anteriores sobre casos de MASC?(métodos alternativos de resolución de controversias)

P.O: A ver, el ensayo es muy diferente y me resultaba más fácil porque al ser mi vida profesional lo estaba viviendo, tienen una técnica especial. Otros son los libros los divulgativos, que son mixtos donde hay relato y también ensayo, como en “Justicia sin jueces” como en “Hijos INgratos”, tienen mitad y mitad. Y aun así también fue difícil porque los relatos los hice más extensos y los tuve que comprimir, al ser relato había que poner lo esencial, así que primero por extensión y segundo porque en la técnica de la novela hay enganchar al lector en cada capítulo para que tenga interés en seguir. Esto lo aprendí, cuando estudié en Barcelona un curso en la escuela de cinematografía, sobre como escribir guiones y hay mucho de lo que aprendí allí, Primero en la forma de estructurar y luego en eso de interesar, como en el cine para que no desconecte el lector. Esto me costó sobre todo en los finales de capítulos. Es difícil.

M.B: ¿Conociste a Sanmao y su marido?

P.O: No, pero tanto mi mujer, Maite como yo nos enamoramos de Sanmao porque es un personaje real, no sé si has visto que internet hay varios reportajes y una película que está en youtube, explicando su vida, que es una cosa increíble…Cuando estuvimos allí, el párroco de la iglesia, que es de Somalia, nos dijo que recibía a muchos chinos y Taiwaneses que iban hasta allí expresamente para ver donde se casaron. Ella era muy famosa. Y en la propia iglesia tenían hasta unos folletos que lo explican expresamente… y pensé que tenía que ponerlo, no sabía muy bien donde y por eso recuperé lo de la boda de ella allí.

M.B: ¿Qué más historias se esconden en tu memoria? 

P.O: Pues, hay muchas, porque ten en cuenta que mi primera vocación seria era la de ser periodista, de hecho, cuando terminé Bachillerato, me fui a matricular en periodismo en Madrid, pero ya no había plazas, y mi padre me dijo: “haz Derecho que luego es muy útil”. Y ahí me quedé, pero en el mismo día que me apunté en Derecho me apunté al teatro universitario y estuve en un grupo de música… al final soy fabulador, algunos me dicen mentiroso, porque tengo capacidad para imaginarme historias. En la escuela cinematográfica aprendí que los grandes guiones de las películas son a veces historias de los periódicos.

Muchas gracias por contarme estos entresijos de la novela, por tu tiempo y ojalá lleguen más historias. No puedo dejar al arbitrio la conexión que tiene esta novela con Avilés, pues su presentación se hizo aquí en recuerdo a Lorenzo Ruiz Pérez, personaje real del libro, compañero del Sáhara y amigo del autor.

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